Lo que me Cousteau sacar a flote la vida pop


Lo que Sam Philips buscaba era un blanco que cantara como negro –no que cantara mucho, sino con ADN afrocaribeño-. Esto se hizo ley con Presley. Parece que fue ayer que le tiré un cacho de Glostora a Elvis para que endureciera el jopo. No digo que no hubiese llegado, pero sin este pobre servidor no sé si hubiera tenido ese touch. Siempre cabe salir en defensa propia, sobre todo si te ninguniegan. Sigue vigente el error de que el genio irrumpe desde un olimpo sin antes ni después. Lo lamento, pero Gasalla no vino de Mas-alla: hubo circunstancias que lo apuntalaron. Y para que existiera un verano del amor en el 67 hizo falta ir de Los Plateros a Dylan, de los daguerrotipos al reproductor de diapos Carousel de Don Draper y de los primeros Beatles a los viejos y peludos que cruzaron Abbey Road: para eso estamos nosotros, los lazarillos, los caddies de la historia. Hay que haber estado en los 60 o bien haber visto la primera temporada de Mad Men para saber lo lejos que estábamos de la minifalda y cuán difícil iba a ser croar las condiciones para contraculturar el mundo. Empecé de abajo: me Cousteau un montón sacar la movida sixtie a la superficie. Así y todo nada garantiza el progreso. Llegás a Moris y en una generación retrocedés a Birabent. Una lucha.

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