Los faquires, los fuck-youres y la interna de P.J.


Me cae bien la picante de Polly Jean Harvey. Porque a ella, como a mí, también le gusta comer insectos. La conocí de nena. Era una brujita terrible: le gustaba torturar insectos. Después hizo otro tanto con sus ex novios. Que los empezó a coleccionar como butterflies (que es como tirar manteca al techo, pero en lugar de caer, se te escapa por la ventana. Butter Flies, sí. Reíte, dale, no te hagás el superado). Pero PJ era una chica terrible. En su cerebro siempre parecía haber como una interna. Una interna de PJ. Era picante: no tenía miedo de ir a las 3 A.M., meterse en un cementerio, acostarse sobre una lápida y dormirse una siesta. Les juro que nunca he visto a nadie durmiendo la siesta a las 3 A.M. Por eso le ví pasta de rock and roll. Porque un rockero es una especie de faquir de la vida. Que no gastan un mango en colchones. Ahora bien: a muchos faquires del rock yo los llamaría fuckyoures… gente que te hace el fuckyou de puro esnobismo falangístico anular. Pero ojo: una cosa es ser un jugado que no tiene nada que perder y otra es jugar a hacerle perder el tiempo a los demás. PJ supo traducir ese abandono en energía rock. Hay algo extra musical, sí, pero con eso no pintamos la pieza: transmutámelo en música y recién ahí nos sentamos a charlar.

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