El grano de azafrán que ni a Ramsés le dejan pasar


Si hay algo que me hipnotiza a mí y a todos los sapos es un sonido de guitarra que se llama fingerpicking. Que un amigo me dijo que viene del sonido del banjo. Otro me dijo que viene del ragtime. Otro me dijo que viene del blues del sur americano, del hillbilly, de los Beverly Ricos, todo ese mambo. Si hay algo que a mí no me cabe son los Beverly Ricos. Me aburren aquellos a quienes todo les da lo mismo… ricos que siguen como ricos aunque se hayan vuelto pobres y viceversa. Pero a los que me hablan del origen del fingerpicking les digo: el fingerpicking viene de la guitarra. No hay que darle tanta cuerda al asunto del origen de las cosas. Anyway: quien era un verdadero hipnotisapor, un original hipnotizador de sapos, era el master Wes Montgomery, fingerpiquetero total, que en lo mejor de su carrera, año 67, se va de gira con la Neverending Tour… quiero decir que se murió. Lo que no entiendo de la gente que palma es por qué no se llevan nada. Ni siquiera el cuerpo. ¿Tan exigente es la aduana del más allá que no podés pasar ni tu cuerpo? ¡Si es para consumo personal! Por eso decidí no morir. Cuando vi que ni siquiera a Ramsés II -ese winner total de la faraonicidad egipcia- le dejaban pasar ni un granito de azafrán al más allá, dije: no tengo más remedio que la inmortalidad. Y aquí estoy: the eternal frog.

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