Plegarias atendidas y una galaxia de rock


Un día estaba leyendo las cartas de los niños que le escriben a Papá Noel, porque Papá Noel no puede leerlas a todas, entonces todas las cartas de niños roqueros, Papá Noel me las deriva a mí y a mi escuadrón anfibio, que son muchos sapos que leen cartas de niños roqueros, y ese día no fue fácil para mí. Y nunca es fácil leer cartas de niños roqueros que piden cosas, porque un niño roquero no pide una guitarra cualquiera. Si te pide una guitarra te pide una Fender no se qué o una Gibson no se cuánto. No podés darle cualquier cosa, porque un niño roquero viene con data bien concreta. El asunto es que la carta que leí, de un niño del norte de Inglaterra, era una carta que casi no se entendía. Era la carta de un niño llamado Brian Johnson, que desde el norte de Inglaterra soñaba con formar una banda de rock que le volara la peluca a todo el mundo. No le podía cumplir el sueño, porque primero hacía falta que se lo cumpliese a dos niños escoceses que vivían en Syney, en Australia. Bancame un poquito, Brian, le dije, que te prometo que cuando les cumpla el sueño a esos dos pobres niños escoceses que viven en Australia, ahí recién te lo voy a poder cumplir al sueño a vos. Amigos: utopía del rock. Hay un universo llamado AC/DC. Algún día hablaré de la galaxia que se formó por el sonido de AC/DC.

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