Cuando los galgos que tiraste al azar se te vuelven en contra


Anticipo desde ya que esto fue parcialmente cierto porque sabemos bien que nadie recuerda los años 60, ni siquiera los guionistas de Mad Men, que a esta altura del partido ya saben más sobre los años 60 que los hippies que vivimos realmente los 60... que en ese entonces estábamos demasiado ele-ese-deseados y ele-ese-deseadas. Época de excesos que no se la recomiendo a nadie, ni siquiera a mí mismo, pero bueno, ya es demasiado tarde para autodarme consejos. Lo que recuerdo sobre estos pájaros de mal agüero que conocí por aquella época fue que eran lo que en aquellos tiempos se llamaba unos perchas totales. El percha total era lo que el freak es hoy por hoy: en esa época los perchas eran los que no tenían ni media posibilidad de perpetuar la especie, porque como buenas perchas eran "colgados": colgado no de ahora, que quiere decir que se distrajo con algo, sino colgado de antes, que era metáfora del rechazo femenino. Así los Byrds tuvieron que aprender a hacer canciones bien californicatorias, de levante… hasta que les empezó a ir bien. Too much. Y ya dueños de una buena reputación, ya satisfechos, la reputación se les hizo como búmeran. O como los galgos que tiraste así al azar, que retroceden y te muerden.

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