NINA Y LOS SAURIOS FUMONES

Tenía que presentar a los Cardigans, que empezaron en Estocolmo tipo año 92. La movida sueca es todo colmo. Y cada banda en los noventa quería crear un estilo propio, un estilo por cada banda: indie pop, indie rock, indie crunch. El deseo de inmortalidad es tan grande que ya quieren crear, no canciones, sino género. El ego ya es tan grande que no queda otra que patalear, cambiar rótulos y construir historias apócrifas para entrar en la historia sin el auxilio del talento. Nina Pearson, sueca, me dijo que había armado una nueva banda: A Camp. Le dije, te voy a dar una mano esta vez. Nunca presenté a los Cardigans, pero voy a presentar este tema, lo hago de onda. Me metí en un freezer para crear el gélido clima nórdico, y me involucré con esta canción en la que la chica sale al patio con una pala y trata de plantar unas semillitas, pero, como descubre a través de la letra de la canción, la plantita ya había llegado antes. La hierba tal vez ya estaba desde la época de los dinosaurios, que en su momento, recuerdo yo, tenían una gran fama de fumones. Fue Spielberg el que trató de mezclar cine de terror con retrospectiva reptiliana ¡sí, eran unos bichos muy tranquis los saurios gigantes! Casi rastafaris, te diría.


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