Una versión de Wake Up en mi Sai-pod

Si volviera algún astronauta que estuvo offline los últimos 5 años en el espacio, yo lo actualizaría diciendo: “no te perdiste nada, excepto 1. Twitter, 2. Facebook y 3. Arcade Fire; aunque una te está sobrando, porque si le hacés el aguante a Twitter se te va el entusiamo por Facebook, y viceversa”. En síntesis, nada sustancialmente nuevo bajo el sol, excepto los Arcade Fire, una banda de Montréal que la empezó a pegar desde que Bowie cliqueó “Me Gusta”. Porque el ex duque blanco, no barrena jamás en la cresta de una ola cualunque. Y si ya no es duque es porque no da. Porque “no diúk”. Si me voy a comprar unas zapatillas, trato de ver la marca en la suela de la que Bowie está a punto de usar para pisarme, porque es seguro que ya se eligió el mejor modelo. No digo que hoy corte el bacalao, como en los 70, pero sabe muy bien cómo ponerse cerca de quienes lo cortan. Ya vendió la medallita de Marc Bolan para colgarse una de los Arcade Fire. Croo que si a Bowie le gusta Arcade Fire, hay que tomar nota, porque estos montrealenienses han tenido la precaución de agregar algo distinto (de instinto) en este mundo con sus mandolinas, sus ukeleles y sus zanfonas. Jason me subió al Saipod una versión de Wake Up con Bowie que hay que youtubear: todo un himno de los años veinte diez.

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